1 »¡Y ahora resulta que de mí se burlan jovencitos a cuyos padres no habría puesto ni con mis perros ovejeros! |
2 ¿De qué me habría servido la fuerza de sus manos, si no tenían ya fuerza para nada? |
3 Retorciéndose de hambre y de necesidad, rondaban en la noche por tierras desoladas, por páramos deshabitados. |
4 En las breñas recogían hierbas amargas y comían raíces de *retama. |
5 Habían sido excluidos de la comunidad, acusados a gritos como ladrones. |
6 Se vieron obligados a vivir en el lecho de los arroyos secos, entre las grietas y en las cuevas. |
7 Bramaban entre los matorrales, se amontonaban entre la maleza. |
8 Gente vil, generación infame, fueron expulsados de la tierra. |
9 »¡Y ahora resulta que soy tema de sus parodias! ¡Me he vuelto su hazmerreír! |
10 Les doy asco, y se alejan de mí; no vacilan en escupirme en la cara. |
11 Ahora que Dios me ha humillado por completo, no se refrenan en mi presencia. |
12 A mi derecha, me ataca el populacho; tienden trampas a mis pies y levantan rampas de asalto para atacarme. |
13 Han irrumpido en mi camino; sin ayuda de nadie han logrado destruirme. |
14 Avanzan como a través de una brecha; irrumpen entre las ruinas. |
15 El terror me ha sobrecogido; mi dignidad se esfuma como el viento, ¡mi *salvación se desvanece como las nubes! |
16 »Y ahora la vida se me escapa; me oprimen los días de sufrimiento. |
17 La noche me taladra los huesos; el dolor que me corroe no tiene fin. |
18 Como con un manto, Dios me envuelve con su poder; me ahoga como el cuello de mi ropa. |
19 Me arroja con fuerza en el fango, y me reduce a polvo y ceniza. |
20 »A ti clamo, oh Dios, pero no me respondes; me hago presente, pero tú apenas me miras. |
21 Implacable, te vuelves contra mí; con el poder de tu brazo me atacas. |
22 Me arrebatas, me lanzas al viento; me arrojas al ojo de la tormenta. |
23 Sé muy bien que me harás bajar al sepulcro, a la morada final de todos los vivientes. |
24 »Pero nadie golpea al que está derrotado, al que en su angustia reclama auxilio. |
25 ¿Acaso no he llorado por los que sufren? ¿No me he condolido por los pobres? |
26 Cuando esperaba lo bueno, vino lo malo; cuando buscaba la luz, vinieron las sombras. |
27 No cesa la agitación que me invade; me enfrento a días de sufrimiento. |
28 Ando apesadumbrado, pero no a causa del sol; me presento en la asamblea, y pido ayuda. |
29 He llegado a ser hermano de los chacales, compañero de las lechuzas. |
30 La piel se me ha requemado, y se me cae; el cuerpo me arde por la fiebre. |
31 El tono de mi arpa es de lamento, el son de mi flauta es de tristeza. |