1 El Señor me dirigió la palabra: |
2 «Tú, hijo de hombre, juzga a la ciudad sanguinaria; denúnciala por todas sus prácticas detestables. |
3 Adviértele que así dice el Señor omnipotente: ¡Ay de ti, ciudad que derramas sangre en tus calles, y te *contaminas fabricando ídolos malolientes! ¡Cómo provocas tu ruina! |
4 Te has hecho culpable por la sangre que has derramado, te has contaminado con los ídolos malolientes que has fabricado; has hecho que se avecine tu hora, ¡has llegado al final de tus años! Por eso te haré objeto de oprobio y de burla entre las naciones y los pueblos. |
5 Ciudad caótica y de mala fama, ¡gente de cerca y de lejos se burlará de ti! |
6 Mira, ahí tienes a los gobernadores de Israel, que en tus calles abusan del poder sólo para derramar sangre. |
7 Tus habitantes tratan con desprecio a su padre y a su madre, oprimen al extranjero, explotan al huérfano y a la viuda. |
8 Menosprecian mis objetos sagrados, profanan mis *sábados. |
9 En ti habita gente que con sus calumnias incita a derramar sangre; gente que come en los santuarios de los montes y que hace cosas detestables. |
10 Hay quienes deshonran la cama de su padre y obligan a la mujer a tener relaciones en su período de menstruación. |
11 Algunos cometen adulterio con la mujer de su prójimo, otros tienen relaciones vergonzosas con sus nueras, y hasta hay quienes violan a su hermana, ¡a la hija de su propio padre! |
12 También hay entre los tuyos quienes aceptan soborno para derramar sangre. Tú practicas la usura y cobras altísimos intereses; extorsionas a tu prójimo y te olvidas de mí. Lo afirma el Señor. |
13 » Pero yo voy a batir palmas en contra de las ganancias injustas que has acumulado, y en contra de la sangre que se ha derramado en tus calles. |
14 Y cuando yo te haga frente, ¿podrá resistir tu *corazón, y tendrán fuerza tus manos? Yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré. |
15 Te dispersaré entre las naciones, te esparciré entre los pueblos, y pondré fin a tu inmundicia. |
16 Serás una deshonra frente a las naciones, pero sabrás que yo soy el Señor. » |
17 El Señor me dirigió la palabra: |
18 «Hijo de hombre, todo el pueblo de Israel se ha vuelto para mí como la escoria del cobre y del estaño, del hierro y del plomo, que se queda en el horno. ¡Son como la escoria de la plata! |
19 Por eso, así dice el Señor omnipotente: Como todos ustedes se han convertido en escoria, los voy a reunir en medio de Jerusalén. |
20 Así como la plata, el cobre, el hierro, el plomo y el estaño se juntan y se echan en el horno, y se atiza el fuego para fundirlos, así también yo, en mi ira, los juntaré a ustedes y los fundiré. |
21 Los amontonaré y atizaré contra ustedes el fuego de mi ira, y los fundiré en medio de la ciudad. |
22 Así como se funde la plata en medio del horno, así serán fundidos ustedes en medio de la ciudad, y sabrán que yo, el Señor, he derramado mi ira contra ustedes. » |
23 El Señor me dirigió la palabra: |
24 «Hijo de hombre, dile a Israel: Tú eres una tierra que no ha sido *purificada ni mojada por la lluvia en el día de la ira. |
25 Como leones rugientes que despedazan a la presa, hay una conspiración de profetas que devoran a la gente, que se apoderan de las riquezas y de los objetos de valor, y que aumentan el número de viudas. |
26 Sus sacerdotes violan mi *ley y profanan mis objetos sagrados. Ellos no hacen distinción entre lo sagrado y lo profano, ni enseñan a otros la diferencia entre lo puro y lo impuro. Tampoco le prestan atención a mis sábados, y he sido profanado entre ellos. |
27 Los jefes de la ciudad son como lobos que desgarran a su presa; siempre están listos a derramar sangre y a destruir vidas, con tal de lograr ganancias injustas. |
28 Los profetas todo lo blanquean mediante visiones falsas y predicciones mentirosas. Alegan que lo ha dicho el Señor omnipotente, cuando en realidad el Señor no les ha dicho nada. |
29 Los terratenientes roban y extorsionan a la gente, explotan al indigente y al pobre, y maltratan injustamente al extranjero. |
30 Yo he buscado entre ellos a alguien que se interponga entre mi pueblo y yo, y saque la cara por él para que yo no lo destruya. ¡Y no lo he hallado! |
31 Por eso derramaré mi ira sobre ellos; los consumiré con el fuego de mi ira, y haré recaer sobre ellos todo el mal que han hecho. Lo afirma el Señor omnipotente.» |