1 Luego me fijé en tanta opresión que hay en esta vida. Vi llorar a los oprimidos, y no había quien los consolara; el poder estaba del lado de sus opresores, y no había quien los consolara. |
2 Y consideré más felices a los que ya han muerto que a los que aún viven, |
3 aunque en mejor situación están los que aún no han nacido, los que no han visto aún la maldad que se comete en esta vida. |
4 Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento! |
5 El necio se cruza de brazos, y acaba muriéndose de hambre. |
6 Más vale poco con tranquilidad que mucho con fatiga �?¡corriendo tras el viento! |
7 Me fijé entonces en otro absurdo en esta vida: |
8 vi a un hombre solitario, sin hijos ni hermanos, y que nunca dejaba de afanarse; ¡jamás le parecían demasiadas sus riquezas! «¿Para quién trabajo tanto, y me abstengo de las cosas buenas?», se preguntó. ¡También esto es absurdo, y una penosa tarea! |
9 Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. |
10 Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! |
11 Si dos se acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse? |
12 Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente! |
13 Más vale joven pobre pero sabio que rey viejo pero necio, que ya no sabe recibir consejos. |
14 Aunque de la cárcel haya ascendido al trono, o haya nacido pobre en ese reino, |
15 en esta vida he visto que la gente apoya al joven que sucede al rey. |
16 Y aunque es incontable la gente que sigue a los reyes,muchos de los que vienen después tampoco quedan contentos con el sucesor. Y también esto es absurdo; ¡es alcanzar el viento! |